Control de calidad de agua
La calidad del agua es un factor crítico para el funcionamiento seguro y sin problemas de un sistema de calderas de vapor.
Debe controlarse en las siguientes áreas:
- Caldera
- Agua de alimentación
- Agua de reposición
- Condensado
Por eso se realizan tanto controles continuos durante el proceso como inspecciones periódicas de la calidad del agua en diversos puntos del sistema:
- En la caldera (mediante análisis de pH, conductividad y oxígeno)
- En el agua de alimentación (mediante análisis de pH, conductividad y oxígeno)
- En el agua de reposición (mediante análisis de ácido silícico y análisis continuo de la dureza)
Info sobre Equipamiento y control
Condensado
Al recircular el condensado, existe el peligro de que el condensado contaminado por la entrada de producto en el intercambiador de calor entre en la caldera de vapor. Esto puede causar daños considerables que pueden evitarse controlando la calidad del agua. Para ello hay que distinguir entre sustancias:
- que afectan a la conductividad eléctrica del condensado y se controlan mediante electrodos de conductividad
- que provocan turbidez o refracción de la luz, que se controla con un turbidímetro
Control de la conductividad
La invasión de materias extrañas en el sistema de condensado que aumentan la conductividad puede detectarse y señalarse de forma rápida y fiable mediante un sistema de control de la conductividad (por ejemplo, álcalis, ácidos, agua dulce, agua de baños hirviendo). Las medidas necesarias se introducen automáticamente. Estos sistemas funcionan con compensación automática de temperatura para garantizar que las fluctuaciones de temperatura no provoquen mensajes de avería.
Se utilizan en sistemas de calderas de vapor, por ejemplo, para controlar el condensado o el agua de alimentación.
Si se supera la conductividad en el condensado de aproximadamente 50 µS/cm, el condensado debe desecharse inmediatamente (por ejemplo, mediante una válvula de tres vías). De este modo se excluye la posibilidad de contaminación del agua de alimentación, y posteriormente también de la caldera de vapor, antes de que entre en el depósito de agua de alimentación. Por lo tanto, no es necesario interrumpir el funcionamiento de la caldera y la localización de averías en el sistema de condensado o en los intercambiadores de calor puede realizarse sin presión de tiempo. No obstante, debe tenerse en cuenta que el sensor de conductividad detecta todos los flujos de condensado.
Control de la dureza residual
El agua descalcificada se controla mediante un dispositivo de control de la dureza residual. Una regeneración deficiente o un funcionamiento excesivo del descalcificador podrían provocar la invasión de dureza en los componentes posteriores del sistema. Para evitarlo, la dureza residual se controla de forma continua o intermitente.
Si se supera el límite de 0.01 mmol/l durante un periodo determinado, aparece automáticamente una indicación de avería para proteger los componentes posteriores del sistema.
Control de la turbidez
Si existe el riesgo de que penetren aceites, grasas u otras emulsiones en el sistema de condensado, debe instalarse un sistema de control de la turbidez, además de un sistema de control de la conductividad. El contenido en partículas de materias extrañas se controla continuamente mediante métodos de medición óptica. Si es posible, debe instalarse antes del depósito de condensado, ya que el vapor fresco o la reevaporación pueden afectar a la medición.